Acuña: ¿emprendedurismo o criollada?

Desvelando la naturaleza del candidato de APP

De pronto, la campaña para posicionar a César Acuña como el candidato del mundo emergente y de los emprendedores ha cogido fuerza. Un sector del periodismo y  algunos medios de comunicación, con buenos o malos propósitos, intentan colocar al candidato apepista como el representante del Perú no oficial. Veremos si la campaña resulta o no exitosa. No obstante, no deja de sorprender que la sociología y el análisis se conviertan en mera propaganda y que todo justifique si el objetivo es que el candidato apepista logre la presidencia.  Entonces qué tenemos con Acuña, ¿el emprendimiento o la criollada?

Primero, cabe precisar que es innegable e incuestionable que un nuevo Perú no oficial emergió en las últimas dos décadas. Ni el intelectual y ni el más fino analista de izquierda supo comprender el enorme poder de los mercados populares. De allí, por ejemplo, que hoy la izquierda esté desconectada de la realidad y pelee las últimas opciones de la lid electoral. Sin embargo, colocar a Acuña como representante de este enorme mundo popular y emergente ya suena a atrevimiento.  

Quien diga lo contrario olvida que el mundo emergente está hecho ladrillo a ladrillo por miles de empresarios y ciudadanos que con esfuerzo, riesgo y  ambición hoy mueven la economía nacional. Es más, la ética laboriosa y dedicada es la parte central de este nuevo Perú. Es cierto que también hay de lo otro: la viveza y la criollada sacavueltera. Pero, pretender incluir a todos en un mismo saco es simplemente absurdo y en cierto sentido una falta de respeto. Por ejemplo, se suele decir con ánimo de desprecio que la informalidad es propia del mundo emergente, sin embargo, una aclaración: si existe informalidad es más culpa del estado que del propio mundo emergente.   

Colocar a Acuña como abanderado de este nuevo país es tanto o más que inadmisible. Acuña es lo contrario al emprendedurismo: la criollada burda. ¿O acaso se han olvidado de la “plata como cancha” y las 10 mil familias beneficiadas con dinero contante y sonante? ¿O cómo soslayar la manera que el candidato apepista utiliza a sus tres centros de estudios universitarios para lograr sus objetivos políticos a través del clientelaje? Semejante opinión a la que empiezan a recurrir cierto sector del periodismo y analistas de todas las procedencias simplemente ningunea el poder del mundo emergente y tira a la basura la ética emprendedora.

En el mundo empresarial emergente la lógica de la competencia se impone algo que no ocurre con las universidades del candidato de la Alianza Para el Progreso, que -hasta el momento- se le escabullen a la SUNEDU gobiernista.  Que Acuña no sepa leer un texto de 500 palabras no lo hace “como uno”. Tampoco que sea “cholo” o “serrano de Chota”. Acuña, no es la representación ni del “neoliberalismo” ni del “capitalismo”, basados en la calidad y la competencia.

Si un sector del periodismo o medios de comunicación, inflados por el antiaprismo o el antifujimorismo, intente crear muñecos con lo que hay la sastrería es comprensible. Pero que hagan sociología con lo que hay en la caja para transformar a alguien he allí lo deplorable.   

Por: Iván Arenas