¡67, 203 millones perdidos!

El enorme daño que le hace la izquierda a los más pobres al paralizar las inversiones.

Hace unos días, el economista Elmer Cuba afirmó que gran parte de la izquierda había escogido la generación de la riqueza como enemigo, en lugar de luchar contra la pobreza. El informe preparado por el Instituto Peruano de Economía (IPE) y publicado ayer por Perú21, es una gran muestra de lo que ha venido sucediendo en el Perú. Perdimos US$ 67,203 millones por no haber podido consolidar los proyectos mineros programados para el periodo 2008-2014. De acuerdo al informe, en inversión directa perdimos 21,515 millones de dólares, en producción perdimos 24,640 millones, y por el impacto que hubiera producido en el resto de la economía, perdimos 21,048 millones. Estas cifras hubieran significado que la pobreza se reduzca de 22.7% a 16.3%. Es en realidad un hecho que afecta a los más pobres.

Esto no es novedad en el Perú. Descubiertos los yacimientos de Camisea en 1984, el gobierno aprista dio marcha atrás en la firma de contratos de explotación por la presión que ejercía entonces poderosa Izquierda Unida, encabezada por los finados Daniel Estrada y Javier Diez Canseco. Ese retraso le costó al Perú tener que gastar en otras fuentes de energía en momentos difíciles para nuestra economía.

Fue en los ochenta cuando algunos plantearon corregir el modelo económico retirando la Estado de la economía y planteando políticas fiscales sanas. Se señalaba entonces lo que sucedía en el Asia y los rápidos cambios en las economías de países como Taiwan, Corea del Sur, Singapur o Vietnam. Entonces la izquierda peruana, al grito de evitar que el Perú emulase lo que ellos llamaban “capitalismo salvaje”, hizo todo lo posible por mantener la intervención del Estado.

Y claro, la irresponsabilidad de Alan García y quienes gobernaron con él, con un modelo populista, que nos hablaba de las más disparatadas teorías económicas, terminaron por hundir a nuestro país.

Las cifras publicadas ayer deben hacernos reaccionar.

Las elecciones del próximo año son un verdadero reto. La izquierda logra sus objetivos al impedir que proyectos mineros se concreten, evitando que más peruanos salgan de la pobreza. La ecuación es sencilla: A más peruanos pobres, más votación para la izquierda. No hay que olvidar que en las pasadas elecciones el ganador fue el candidato del chavismo, que llegó al poder rodeado de toda la vieja izquierda. Que después se deshiciera de ella en un rapto de iluminación, no hace sino advertirnos el grave riesgo en el que estamos ante los próximos comicios.

Hoy la izquierda se esconde tras nuevos discursos, como el ambientalista. Ellos han hecho bien su trabajo, logrando cuestionar inversiones importantes y necesarias para el país. Su planeamiento es claro: las comunidades campesinas deben mantener su identidad, alejándose del poder pervertidor del dinero, que hará que cambien sus costumbres y “traicionen” sus raíces. La minería es permitida ahí donde no exista cabeceras de ríos, comunidades campesinas, o acuíferos que puedan ser impactados. Es decir, en ninguna parte.

Hay que denunciar los falsos discursos ecologistas que solo buscan impedir que el Perú siga derrotando la pobreza. Cada retroceso, cada espacio que se les otorga, será un paso más en sentido contrario hacia donde debemos avanzar.

Por Juan Carlos Valdivia

29 – Jun – 2015