Daniel Córdova

28 de Julio de 2016

28 de Julio de 2016
Daniel Córdova
23 de marzo del 2016

Las futuras decisiones del próximo gobernante

Durante el primer semestre del año no ha pasado nada relevante desde el punto de vista de las políticas públicas. El Presidente brilla por su ausencia. Nadine aparece de cuando en vez con un tuit. Y de los ministros nos sabemos lo que hacen. El hecho es que, como suele suceder, el Estado estará medio paralizado hasta que cambie el gobierno.

Dejemos de lado la posibilidad de que Keiko sea descalificada por el JNE. Si la mayoría de los votos potenciales (contando los de Guzmán y Acuña cuando fueron sacados) salen del escenario, estas elecciones perderían la poca credibilidad que les queda. Así, llegue ella, PPK, Barnechea o Veronika, se nos viene un nuevo impulso de intentos de reformas. Lo que no sabemos es cuánta fuerza tendrá con un Congreso fragmentado. Aunque creemos que así gane Veronika, la estabilidad será respetada.

Contra lo que supone la mayoría de “anti-keikos”, la candidata del Fujimorismo, llegaría recargada de reformas de corte populista. Y es que si bien el Fujimorismo respetará las bases macroeconómicas que él mismo fundó, lo esencial vendrá en su paquete de políticas sociales y de impulso a la inversión en infraestructura. Como bien lo han dicho, no escatimarán en meter mano al Fondo de Estabilización Fiscal, con déficit presupuestal incluido. Asimismo, poseen una fórmula de laboratorio no ensayada para “resolver” los conflictos mineros, cosa que esperamos que, de ser el caso, corrijan cuando evalúen experiencias exitosas concretas.

PPK creemos vendría con menos fuerza en cuanto a reformas posibles. La clave estará en quienes ingresen al MEF. Si se insiste en la óptica puramente financiera y macro-económica, propia del establishment, poco o nada se logrará para impulsar la inversión en infraestructura. Si se opta por buscar nuevos caminos, como pareciera ser la intención, su gobierno deberá dotarse de operadores políticos con capacidad gerencial a fin de “mover” a gobiernos regionales y municipios. Lo mismo sucederá con los proyectos mineros: sin operadores capaces de sacar adelante proyectos de desarrollo en las zonas de influencia, no podrá dialogar con éxito.

El caso de Barnechea es menos claro aún. Su equipo económico es una incógnita. Su propuesta de renegociación de los contratos gasíferos ha sido lo más explicito. Lo demás han sido recuerdos de obras de Belaunde y promesas propias del populismo de antaño: un millón de viviendas por ejemplo. Lo que sí queda claro es que un Barnechea presidente no buscará la continuidad. Tendrá el ojo puesto en grandes obras y se rodeará de actores políticos que lo apoyen. Todo dependerá de que sepa escoger bien.

Nada indica que Veronika se parecería a Humala electo en 2011. Sería sin duda la de la Gran Transformación de la primera vuelta o la del radicalismo del 2006. No obstante, me temo que muy pronto se toparía con la cruda realidad y retrocedería, ya que es bien difícil que pueda disolver candados como el SNIP que no existen en Ecuador o Bolivia, o generar un cambio importante en el Banco Central. Sus asesores actuales durarían máximo un año. Y se convertiría en una Dilma o Villarán en el mejor de los casos (sin alusiones a temas delicados), con nuevos técnicos en su gabinete.

Interesante amanecer el del 29 de julio de 2016.

DANIEL CORDOVA

Daniel Córdova
23 de marzo del 2016

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