Mabel Huertas

Los bobos de Susana

Los bobos de Susana
Mabel Huertas
12 de junio del 2014

La alcaldesa y su polémico “cambio de opinión”.

No sé qué es peor, el político sinvergüenza con obvias y declaradas angurrias o aquel que tras el manto de dignidad esconde secretos objetivos. Al primero ya lo conoces, se desnuda solito, no hace falta rebuscar para encontrarle los típicos vicios. El segundo se deshace en prédicas sobre principios y suele decir “yo jamás”, pero son de ética flexible si la situación lo amerita. sin más eufemismos son los que se hacen los del calzón con bobos.

Ayer leía las “disculpas” de Susana Villarán por su “cambio de opinión” respecto a la reelección, en el diario El Comercio, y terminaba de la siguiente manera: “ …no es un tema personal: no responde a la pregunta de qué es lo que me conviene a mí, sino qué es lo mejor para Lima”.

Entonces ¿lo mejor para Lima es Susana Villarán? ¡Acabáramos! Finalmente todo esto se trataba de la afiebrada alucinación de un caudillo, el héroe que, más allá del bien y el mal, podrá rescatarnos con el único y verdadero “proyecto”. Esto es – y quitémosle los bobos al calzón - una justificación empalagosa para continuar en el poder.

Susana pues, ha cambiado de opinión, y veo con ternura que muchos se han decepcionado porque creyeron que era la abanderada de la honestidad cuando dijo que se iría en el 2014 a cambio de un voto de confianza en las revocatorias. En realidad la gran decepción ha sido toda su gestión, su incapacidad demostrada para hacer obras de impacto real en la dinámica de nuestra capital. La insatisfacción de los ciudadanos se revela en las encuestas. Tenemos un Municipio Metropolitano con nula habilidad para articular a las 49 alcaldías distritales, al contrario, abre frentes por doquier, inclusive con la vecina Provincia Constitucional del Callao, como si ambos territorios en la vida diaria del ciudadano no fueran parte de un todo.

Según sus argumentos, vuelve a candidatear porque se aferra a su más ambiciosa obra: la “revolución del transporte público”, que hoy es puro humo. No sabemos por ejemplo, cuánto le costará al usuario, cuál será el sistema de cobranza integrado, ¿no debería estar claro a pocas semanas del inicio de operaciones del primer corredor? Y a pesar de que todos quisiéramos un transporte ordenado, la verdad es que las reglas de juego no sólo no son claras, son cambiadas constantemente y la factura podría ser cara. En cuatro años los proyectos de inversión privada - aún a largo plazo - y el desalojo de Parada, asoman como sus grandes logros. Dice que los cuatro años le quedaron cortos porque, claro, los 2 primeros fueron desastrosos. Y ahora resulta que nadie más que ella podrá continuar con los proyectos de modernización que Lima necesita.

Susana Villarán tiene todo el derecho de postular a una reelección, pero su intención se vuelve ilegítima cuando, orgullosa, dice que no hay cálculo político en su “cambio de opinión”, y que, en pocas palabras, ella se está sacrificando por nuestra ciudad. Pero hablemos claro, la alcaldesa - candidata se ha aprovechado de aquellos que votamos por el NO en la revocatoria. Teníamos la convicción de que, a pesar de que es una pésima alcaldesa, no debíamos permitir que se debilite la institucionalidad democrática. Ella, astuta, ha capitalizado esos votos como una victoria personal y lo ha utilizado como discurso para sus ambiciones electorales. ¿Esto no es cálculo político? ¿Acaso no sabía que iría a la reelección en febrero cuando lanzó una campaña de comunicación para dar a conocer sus obras y retomó la chalina verde? ¿No fue eso también un cálculo político? Ya pues, en serio, quitémosle los bobos al calzón.

Por Mabel Huertas

Mabel Huertas
12 de junio del 2014

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