Venezuela gira el escenario

Consenso sobre país llanero aísla al Frente Amplio

La moción multipartidaria de apoyo a Venezuela que firmaron todas las bancadas del Legislativo —excepto la del Frente Amplio (FA)—, de una u otra manera giró el escenario político, alejándonos de la polaridad fujimorismo - antifujimorismo, que se agravó en la segunda vuelta y continuó luego de la elección nacional, alentada por una agenda mediática. Hasta el periódico antifujimorista que había fomentado la polarización antinaranja, y que parecía expresar voluntad de encumbrar a Verónika Mendoza como interlocutora de la oposición, se echó un editorial poniendo en vereda la negativa del Frente de Amplio de apoyar al pueblo venezolano.

En otras palabras, la imposibilidad de criticar al régimen autoritario de Nicolás Maduro modificó la manera cómo se alineaban las piezas del tablero político. La mayoría nacional parecía rechazar una actitud contemplativa con el chavismo. Un ejemplo del cambio es que la firmeza del fujimorismo en mantener la comisión de presupuesto del Legislativo no se convirtió en “una voluntad obstruccionista”, sino en la simple expresión del derecho de una mayoría. La negativa del FA era más importante.

Ahora bien, ¿qué puede haber motivado al Frente Amplio a cometer semejante yerro político? Cuando Marco Arana todavía no se asociaba a la candidatura de Verónika Mendoza, era común escuchar críticas de los militantes de Tierra y Libertad a la economía venezolana, como parte del libreto para desacreditar al modelo peruano al que calificaban de primario exportador. Cuando ellos hablaban de “la maldición de los recursos naturales” metían en el mismo saco a Perú y Venezuela. No parecía haber nada entonces que vinculara a Arana a con el país llanero.

A quien sí le conocemos vínculos con Venezuela es a Verónika Mendoza, cuando ella era estrecha colaboradora de Nadine Heredia. Hasta dónde llegaron esas relaciones es una interrogante que se convierte en motivo de todas las suspicacias pues, ¿cómo entender la estrellada del Frente Amplio, hasta el punto de perder sintonía con ciertos liberales que, incluso, los miraban con más que consideración? El error solo se explica por temer a perder un bien mayor. Una declaración de un funcionario venezolano ¿podría afectar la imagen de una potencial candidata de la izquierda hacia el 2021?

Si las cosas fueran en ese sentido, los muchachos del Frente Amplio —claro, en silencio-—deberían rogar a las alturas para que el régimen chavista se desplome antes del 2021. De lo contrario se convertirían en una verdadera piñata con cada movimiento político a favor del pueblo venezolano.

Cuando el Congreso aprueba una moción a favor de la democracia en Venezuela, cuando PPK recibe en Palacio a Henrique Capriles, líder de la oposición venezolana; cuando todo los movimientos políticos convergen en el apoyo al pueblo venezolano, la izquierda y el régimen chavista reciben un verdadero cruzado en la quijada. Y pensar que todo empezó con una negativa a firmar una moción.

En todo caso, el escenario que acaba de surgir es uno absolutamente racional y que corresponde a los programas y las propuestas que se presentaron al país en la pasada elección. Si se revisa el programa del Frente Amplio —que propone derogar la Constitución de 1993 y se opone al Acuerdo Transpacífico y al libre comercio—, cualquiera puede percatarse de que la izquierda busca autoexcluirse de la mayoría de consensos que han surgido entre los partidos sobre democracia, economía y sociedad.

También deberíamos recordar que en la reciente elección nacional el 70% de la población votó en contra de las fórmulas estatistas de la izquierda. Y que el Frente Amplio, con su negativa de apoyo a la democracia venezolana, solo está siendo fiel a su programa e identidad. ¿De qué nos sorprendemos?

Víctor Andrés Ponce