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Saavedra y el fujimorismo

Saavedra y el fujimorismo
Víctor Andrés Ponce
20 de julio del 2016

Dilemas de la relación educación y sociedad abierta

El fujimorismo está obligado, por su propia historia, a encabezar la oposición a la reforma estatista que impulsa el ministro Jaime Saavedra en la educación del país. Todos sabemos que la inversión privada en el sector educación se permitió durante el régimen de los noventa, como parte de las reformas que demolieron el Estado empresario y proteccionista. Antes de esta reforma, en el caso de la educación superior, por ejemplo, existía la educación estatal para “los pobres” y los “claustros asociativos” para los ricos. Pero, lo más grave: el marxismo en su versión maoísta de asalto al poder copaba la escuela pública y la universidad, mientras la mayoría de jóvenes desarrollaban grandes sentimientos de frustración porque no había suficientes escuelas y universidades.

En los noventa, la inversión privada permitió resolver el problema de la cobertura en la educación, y el maoísmo fue desterrado del claustro. No obstante, en las últimas décadas el Estado y la ex Asamblea Nacional de Rectores se olvidaron de fomentar la acreditación de la calidad académica. Sobre ese vacío cabalga el discurso estatista, señalando que una mala universidad es sinónimo de inversión privada, cuando todos sabemos que hay buenas y malas universidades estatales, asociativas y privadas.

El fujimorismo, entonces, está en la obligación de enfrentar políticamente, de cara al país, a la reforma estatista de la izquierda; no solo por su historia, sino por necesidad de sobrevivencia. Detrás de las concurridas marchas del “No a Keiko” en la pasada elección, está la manera cómo se permitió que la izquierda interviniera en el currículo en los últimos quince años de democracia: se desarrolló un relato excluyente de la historia de las últimas décadas para fomentar la polarización antifujimorismo versus fujimorismo, convirtiendo al movimiento naranja en la representación de todos los males habidos y por haber (mientras se exculpaba al velasquismo). Si esa política continúa ya sabemos quiénes marcharan contra el fujimorismo el 2021.

El asunto, pues, no solo tiene que ver con la historia sino con la sobrevivencia. Pero el desafío no es fácil de superar. Saavedra es el ministro más mediático y de mayor respaldo en las encuestas. Enfrentar ese fenómeno requiere una profunda pedagogía en la ciudadanía para demostrar que los llamados “logros” están bastante lejanos de la realidad. Pero ¡oh, paradoja!, también se trata de demostrar que el proyecto de Saavedra, en realidad, es excluyente de la inversión privada y de la participación ciudadana en educación, y que busca concentrarlo todo en el Estado. ¿Cómo desarrollará el fujimorismo este criterio considerando los últimos arrestos antiempresariales para criticar al Gabinete Zavala?

Pero no solo se trata del sector privado. Defender diversos modelos de escuela, diversos relatos sobre la reciente historia, enfrentarse al intento de construir “un relato oficial” que, tarde o temprano, culminará con el triunfo del estatismo autoritario, obliga a desarrollar una concepción de sociedad tolerante, abierta y absolutamente democrática. Allí reside la gran paradoja que podría enfrentar el fujimorismo.

En el afán de enfrentar “una reforma” estatista que solo beneficia a diversas “coaliciones mercantiles” de consultorías (gran tema para investigar), el fujimorismo podría avanzar y desarrollar una ideología liberal y democrática. Como se dice, ver para creer. Sin embargo todos los proyectos, generalmente, se materializan cuando la sobrevivencia es el combustible que los alimenta.

Al margen del fujimorismo, los liberales nunca deberían olvidar la importancia de la educación en la construcción de una sociedad abierta. No deberían olvidar que el baño de sangre senderista solo se explica por una guerra ideológica que se apoderó de la escuela y la universidad pública durante los setenta y los ochenta. Hoy la izquierda, convertida a la democracia, con escasa fuerza electoral, pretende imponer a todos los peruanos su modelo educativo.


Víctor Andrés Ponce

Víctor Andrés Ponce
20 de julio del 2016

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