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No es “mermelada”, es subsidio estatal

El necesario debate sobre la publicidad estatal

No es “mermelada”, es subsidio estatal
Víctor Andrés Ponce
25 de mayo del 2018

 

El presidente del Congreso, Luis Galarreta, se equivocó cuando señaló que se iba aprobar una ley para los medios “mermeleros”, ante una pregunta sobre compra de televisores y frigobares en el Legislativo. Efectivamente, la respuesta se puede prestar a una interpretación sobre supuestos chantajes o presiones a los medios que critican al Congreso, y también sugiere ciertas conductas inapropiadas en las redacciones, por decir lo menos. Galarreta, pues, ha cometido grave error.

Sin embargo, la respuesta del titular del Congreso y la reacción al unísono de un sector de medios revela un problema central de la democracia peruana, que ha envilecido el espacio público y ha desatado una crisis de gobernabilidad que parece haber culminado con la renuncia del ex presidente Kuczynski: la dependencia de los medios privados de la publicidad estatal. ¿Hay dependencia? Es evidente que sí. Y si eso sucede, la democracia, los contrapesos y el futuro de la sociedad abierta están realmente amenazadas.

¿Cómo así? Desde el Gobierno nacionalista, en concreto con el nadinismo, el Estado acrecentó la inversión en publicidad estatal a niveles impensables. Las cifras son realmente astronómicas, sobre todo considerando la guerrita de ciertos medios por la compra de televisores en el Legislativo. Semejante relación Estado - prensa no se había contemplado desde el fujimorato. Un amplio sector de medios en el Perú —salvo honrosas excepciones—, fue abiertamente nadinista, villaranista, pepekausista, antialanista y antifujimorista. Estas conductas, de alguna manera, estuvieron vinculadas a la publicidad estatal.

La necesidad de regular la publicidad estatal, pues, no es asunto del Consejo de la Prensa Peruana (CPP) sino de la democracia peruana. Una interrogante: ¿cuánto de la cruenta polarización Ejecutivo - Legislativo y la renuncia de PPK tuvieron que ver con el papel de un sector de los medios? Reflexionemos, por favor. El pepekausismo se aturdió de tal manera con la ola mediática a su favor que consideró que las democracias tienen viabilidad solo con alianzas entre el Ejecutivo y los medios.

Hoy que las relaciones entre ambos poderes del Estado son fluidas, la economía se reactiva y los peruanos recuperan el optimismo, Rodrigo Villarán, director ejecutivo de la CPP, saluda con alegría adolescente que el presidente Vizcarra discrepe con la llamada “Ley Mulder” —que prohíbe al Estado contratar publicidad en medios privados—, aunque discrepa de la voluntad del jefe de Estado de aceptar la decisión del Legislativo. Si el Congreso decide insistir en la ley de publicidad estatal, ¿qué propone Villarán? ¿Acudir al Tribunal Constitucional? ¿Reactivar la estrategia de disolución del Legislativo? La cosa parece de locos.

Es incuestionable que la libertad de prensa se basa en la propiedad privada de los medios de comunicación por una sola razón: el Estado no puede ser el propietario, porque surge un monopolio informativo, tal como sucedía en los ex países soviéticos. La propiedad privada tiene como su contraparte la lucha por la publicidad en el mercado. Punto. Cuando el Estado subsidia a los medios privados, la libertad de prensa ha muerto, más allá de que una coalición mercantil defienda determinados privilegios.

En provincias el asunto es más que grave. La publicidad regional del Estado define totalmente la información y la prensa provinciana. Incluso hay autoridades que son dueños de medios de manera indirecta, en base a los recursos del Estado. Es urgente entonces legislar sobre el tema.

Si bien la Ley Mulder se puede perfeccionar incorporando porcentajes a contratar que evitar los subsidios, el asunto no debe continuar de manera indefinida porque afecta a la gobernabilidad. La mayoría legislativa debe definir el tema y dejar de jugar a los cálculos que solo revelan una impericia clamorosa.

Si las cosas siguen así, ahorita se desencadena un soroche en el Ejecutivo de Vizcarra por el apoyo mediático y volvemos a padecer la tragedia de la confrontación Ejecutivo - Legislativo que sacudió al país en los tiempos de PPK. Sin subsidio estatal los medios dejaran de hacer política y solo se enfocarán en ganar lectores, televidentes y radioescuchas, que es la única manera de ganar más publicidad. ¡Viva la libertad de prensa, la madre de todas las libertades!

 

Víctor Andrés Ponce
25 de mayo del 2018

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