Invocaciones a Fernando Zavala

Presidente de Consejo de Ministros debe forzar convergencias

Cuando el jefe de Estado habló de la posibilidad de plantear la cuestión de confianza en el Congreso —ante la posibilidad de censurar al ministro de Educación, Jaime Saavedra— y el vocero fujimorista, Luis Galarreta, respondió que PPK debería ir buscando nuevo Gabinete, todos sentimos que las cosas se habían salido de control.

¿Qué razón había para organizar un escenario con un virtual choque de poderes que desatará una crisis de gobernabilidad? Desde la racionalidad no había ninguna, porque para ser fieles a un buen análisis político —nada más— el fujimorismo ya había dado más de una prueba de amor desechando cualquier voluntad obstruccionista.

Negar ese hecho, ese fact —como dicen los angloparlantes— solo podía explicarse como parte de una estrategia política antifujimorista que busca establecer una alianza entre el Ejecutivo y los medios de comunicación para levantar un veto en contra de la mayoría legislativa. Ya no se pedía pruebas de amor, sino la rendición, la esclavitud o quizá desaparecer como mayoría y oposición.

Si la Unidad de Inteligencia Financiera y la fiscalía detectan corrupción millonaria en un ministerio, el mínimo derecho que tiene una mayoría legislativa es a plantear una interpelación para establecer si hay o no responsabilidad política del ministro. Pero si el jefe de Estado insinúa la posibilidad de una cuestión de confianza, entonces, se ha comprado la estrategia de vetar la actuación de la mayoría legislativa. Y, tal como se ha sostenido, es una manera de poner en suspenso todos los mecanismos de control constitucional que puede ejercer la mayoría legislativa de acuerdo a la Carta Política.

¿Qué sectores podrían estar interesados en semejante lógica? Pues quienes quieren el fracaso de la administración PPK, del fujimorismo y del propio Fernando Zavala al frente de la Presidencia del Consejo de Ministros. Demasiado pretender empujar al Gabinete entero a un abismo por un ministro. ¿No es verdad?

Pero, ¿por qué el gobierno ha pegado semejante resbalón? Porque la estrategia de tensiones y pullazos con el fujimorismo, a sabiendas de que no hay obstruccionismo, es un método que solo depende de la popularidad palaciega y que, tarde o temprano, tenía que salirse de control, como acaba de suceder con la interpelación a Saavedra. Es el resultado natural de la renuncia a los pactos y las convergencias.    

Y aquí vienen las invocaciones al PCM, Fernando Zavala. Por favor, debería usted abandonar esa estrategia del jueguito de buenos y malos con la oposición legislativa y echar mano de la gran política: si los naranjas no quieren convergencias fuerce usted el acuerdo y los pactos. Así es la política, así se han construido las grandes democracias. Es casi seguro que usted ganará largamente.

Señor Zavala ese jueguito de guerras con la mayoría legislativa solo pretende cercenar su propia cabeza lo más pronto posible (de allí la famosa cuestión de confianza) para que la administración PPK contemple el abismo o se rinda en general ante la izquierda. Si ese escenario se organiza, la salud de la gobernabilidad es de pronóstico reservado. Solo si usted fuerza los acuerdos llenará los vacíos políticos que algunos pretenden llenar con la infantería antifujimorista.

De otro lado señor Zavala, de alguna manera, el tiempo político para hacer grandes cosas comienza a agotarse. Y usted sabe —y cualquier peruano de buena voluntad también— que no habrá reformas si no hay una convergencia entre Ejecutivo y Legislativo; no solo para desregular el Estado y destrabar las inversiones paralizadas, sino para impulsar las reformas institucionales, la transformación de nuestro sistema educativo y de la salud. ¿Alguien se imagina una reforma laboral sin una clara convergencia nacional?

Cualquier observador extranjero que contemplara la política peruana y conociera los programas del pepekausismo y el fujimorismo no entendería el nivel de polarización entre ambas fuerzas. En realidad la respuesta oficialista a la interpelación de Saavedra parece un pretexto para desplegar una estrategia que pretende mangonear a la administración PPK y ponerla al servicio de una izquierda que está demostrando que sabe conspirar. Señor Zavala, reaccione, por favor, y aleje al nadinismo que pretende rodearlo.