Innecesaria fricción del Gabinete Aráoz

El Ejecutivo decidió que la masiva misa que celebrará el Papa se desarrolle en la base aérea de Las Palmas, y el Gabinete Aráoz se estrenó con una primera fricción con un sector demasiado importante en la sociedad peruana: la Iglesia católica. Las instituciones católicas, desde meses atrás, se estaban organizando para celebrar la mencionada misa en la Costa Verde, sin embargo en los últimos días surgió la propuesta de que la multitudinaria concentración se efectuara en la base aérea de Las Palmas. El argumento: la posibilidad de un movimiento sísmico que planteara la urgencia de una evacuación de la Costa Verde.

El argumento es razonable pero discutible. Finalmente, todo puede suceder, incluso en Las Palmas, pero las diferencias sobre la mesa se envolvieron en argumentos sobre prevención de desastres. No obstante en los sectores católicos se argumenta que el cambio del lugar de la misa con el Papa se explicaría porque la izquierda del Gabinete y la izquierda en general estaban aterradas frente a la posibilidad de que el mundo contemple la mayor concentración de masas en la historia del Perú.

En la medida que Defensa Civil había informado que la concentración cristiana podía desarrollarse en Las Palmas o en la Costa Verde, ¿era necesario el conflicto entre el Gobierno y la Iglesia católica? El sentido común nos indica que no, sin embargo todo parece indicar que los ministros de izquierda del Gabinete Aráoz forzaron la mencionada fricción y, bueno, al final ganaron en la definición del lugar.

El triunfo del Ejecutivo seguramente se racionalizará con argumentos acerca de que se ha demostrado con absoluta claridad que el Estado peruano es laico y que no acepta presiones religiosas cuando se trata de decidir por el bien común. Sin embargo, a entender del suscrito, el innecesario enfrentamiento representa un grave error político en precisos momentos en que el Gabinete Aráoz consigue un excelente momento de distensión política en el país.

¿Por qué siempre suceden este tipo de reacciones en el Gobierno pepekausa? Es incuestionable que el sesgo ideológico de los ministros de izquierda en ocasiones nubla la racionalidad política. Durante el primer año del pasado Gabinete Zavala la idea de que el Congreso debía encargarse de remover a los ministros y asumir el costo político de esos cambios parecía provenir de las canteras de la izquierda. Igualmente la idea fallida de persistir con Jaime Saavedra en el sector Educación, no obstante que era una especie de declaratoria de guerra en contra de la mayoría legislativa, igualmente nació del flanco izquierdo de la administración pepekausa.

¿Qué consecuencias puede desencadenar para el Gabinete Aráoz las mencionadas fricciones con sectores católicos? En primer lugar, la percepción de que las evaluaciones y estrategias que llevaron a colisiones impensadas entre el Gabinete Zavala y la mayoría legislativa todavía tienen cierta fuerza en la administración PPK; y que los cambios en Salud, Justicia y Educación son importantes, pero no tanto como se creía.

En segundo lugar, que los sectores católicos continuarán con sus guerras declaradas en contra de la inclusión de los temas de género en el currículo escolar y que cualquier tregua será demasiado efímera.

En todo caso queda claro un hecho incuestionable: la presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, tiene que dormir con un ojo abierto ante la supuesta sagacidad política de los ministros de izquierda del Gabinete y no olvidar los errores cometidos por el Gabinete Zavala.

Víctor Andrés Ponce