LA COLUMNA DEL DIRECTOR >

¿El fujimorismo se endurece?

Reacciones naranjas ante la polarización

¿El fujimorismo se endurece?
Víctor Andrés Ponce
28 de abril del 2017

Reacciones naranjas ante la polarización

Si analizamos la conducta del gobierno con respecto al fujimorismo en la última semana (PPK se niega a llamar a Keiko por su nombre en presencia de ella y el vicepresidente Vizcarra dice que Alberto Fujimori es líder indiscutible de Fuerza Popular) cualquiera podría llegar a la conclusión de que el gobierno —o un sector del oficialismo— participa de la apuesta que pasa por vetar y destruir la representación popular del fujimorismo. ¿Por qué? Cuestionar un liderazgo que impulsó la organización de una fuerza política durante quince años en democracia y que protagonizó dos segundas vueltas electorales es, prácticamente, una declaratoria de guerra. ¿O no?

Algunos señalan que en el oficialismo no hay consciencia de la gravedad de los hechos. Si las cosas son así, entonces, el asunto es más grave. La idea de convertir en punching ball al movimiento naranja y considerar la oposición a la mayoría legislativa como el eje de la política nace de un grupo de medios que, a estas alturas, parecen haber abandonado el periodismo para dedicarse a la antipropaganda. Ahora bien, más allá de las especulaciones, ¿qué reacciones desatará en el fujimorismo esta especie de guerra del fin de mundo contra las naranjas?

Los que amagan y desarrollan gambitos presentando posibles negociaciones con el albertismo, para dividir y bloquear a Fuerza Popular, olvidan que las guerras totales en contra de una fuerza popular, antes que dividir, galvanizan a sus bases. Salvando las distancias ideológicas, las oligarquías del siglo pasado que soñaban con el veto al Apra siempre se ilusionaron con su posible división. En determinados momentos lo consiguieron, pero el Apra siguió creciendo y la polarización fue de tal envergadura que la democracia se bloqueó.

Si bien no se puede descartar una posible división de Fuerza Popular con el sector albertista —al margen de que el keikismo ganaría largamente con la escisión—, es más que evidente que el fujimorismo se está fortaleciendo como organización (más allá del histrionismo de Kenji). ¿Alguien acaso recuerda una mayoría legislativa tan abrumadora, pero tan monolítica como el movimiento naranja? Quizá el Apra en algún momento. ¿Cómo explicar que ante la campaña de antipropaganda en los medios al fujimorismo no se le mueva una pestaña, e incluso siga subiendo en las encuestas? Quizá pasó algo así con el famoso “a más antiaprismo, más aprismo”.

Todo indica, pues, que el fujimorismo está ganando frente a las maniobristas de política universitaria del oficialismo y las guerras del anti de los medios. Si a esto le sumamos que de aquí al 2021 algunas deidades antifujimoristas, como Toledo y Humala, quizá terminen detrás de rejas resulta incuestionable que si el fujimorismo supera errores (como el negarse a liderar la unidad nacional en la pasada emergencia), en el acto, volverá a sentarse en la platea a contemplar cómo el oficialismo se desangra por su renuncia a impulsar la necesaria convergencia nacional entre el pepekausismo y el fujimorismo.

Ahora bien, en este contexto, ¿el fujimorismo se ablandará o se endurecerá? No se necesita ser zahorí para sostener que las cosas están cantadas. Si en el gobierno se pretende cuestionar el liderazgo real de Fuerza Popular, entonces tarde o temprano el fujimorismo terminará fracturando varios huesos del oficialismo para demostrar quién manda en la mayoría legislativa. Las cosas parecen inevitables.

Igualmente la campaña de los medios en contra de las naranjas también producirá efectos. Allí están los proyectos de ley del fujimorismo sobre la prensa que algunos empiezan a llamar “obsesión con la prensa”. Quizá habría que recordar que así como la libertad de prensa no existe sin la propiedad privada de los medios (de lo contrario el Estado sería el propietario), igualmente tampoco existe sin autorregulación. Y lo que sucede en el Perú es que las campañas mediáticas antinaranjas empiezan a parecerse a la unanimidad de los medios contra la oposición en los países bolivarianos.

¿Cómo terminará entonces el match medios versus fujimorismo? Las cosas parecen evidentes: el fujimorismo terminará golpeando con todo, quizá con la llamada ley de propiedad cruzada de medios, símbolo de las sociedades abiertas como Estados Unidos y el Reino Unido.

Como se aprecia la guerra antifujimorista bloquea las reformas de segunda generación, empuja al oficialismo al fracaso y la mediocridad, endurece a la mayoría legislativa y también puede terminar bloqueando la democracia.

 

Víctor Andrés Ponce

Víctor Andrés Ponce
28 de abril del 2017

NOTICIAS RELACIONADAS >

El regreso de Alberto Fujimori a la política

Columna del Director

El regreso de Alberto Fujimori a la política

Un dato inevitable de la coyuntura es que Alberto Fujimori ha regresad...

12 de abril
El 5 de abril y el regreso de Alberto Fujimori

Columna del Director

El 5 de abril y el regreso de Alberto Fujimori

Luego de tres décadas el 5 de abril de 1992, la fecha del autog...

05 de abril
La parlamentarización del sistema político

Columna del Director

La parlamentarización del sistema político

Luego del escándalo de los relojes Rolex es incuestionable que ...

03 de abril

COMENTARIOS