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¿A Keiko se le apareció la Virgen?

¿Diferendo con Alberto Fujimori favorece a Fuerza Popular?

¿A Keiko se le apareció la Virgen?
Víctor Andrés Ponce
24 de julio del 2017

¿Diferendo con Alberto Fujimori favorece a Fuerza Popular?

En los pueblos católicos se suele decir que “se le apareció la Virgen” a cualquiera que enfrente una encrucijada y halla la solución del problema de manera inesperada. Algo de eso parece haberle sucedido a Keiko Fujimori con el supuesto “conflicto familiar” que sostiene con su padre Alberto Fujimori.

Hoy es domingo y leo las columnas políticas como siempre. En El Comercio leo dos artículos antifujimoristas y me llama la atención “La metapolítica fujimorista” de Adriana Urrutia, porque pretende envolver con teoría y algunas referencias de texto el sentimiento anti. Sigo leyendo en otros diarios y me percato de que en el antifujimorismo hay una nueva histeria: no se sabe cómo justificar las preferencias por Alberto Fujimori en el diferendo que él empieza a desarrollar con Fuerza Popular.

Quizá los más sorprendente de la nueva histeria antifujimorista es que, contra viento y marea, se pretende señalar que sin Alberto Fujimori (léase Kenji) no hay Fuerza Popular. Sin embargo durante los últimos quince años hubo fujimorismo sin Alberto Fujimori y los resultados son varios: la participación en dos segundas vueltas electorales y la conversión en la primera fuerza política del país, no solo mayoría absoluta en el Congreso. Pero lo que está fuera del lente del Perú oficial es el incesante trabajo de base desarrollado. Hoy, sin temor a yerros, las entidades más organizadas del Perú son el Ejército; y la Iglesia y Fuerza Popular, por el lado laico y civil. ¿O no? Las demás instituciones padecen las influencias de las tendencias disgregadoras.

Pero eso no es todo. Alberto, un hombre anciano, con la salud quebrantada —aunque con capacidad de operar políticamente— es convertido en la referencia sin la cual Fuerza Popular se disuelve. ¿Cómo? Si ese mismo hombre quiso organizar las listas electorales de la pasada elección y Fuerza Popular tuvo una lógica propia y diferente. ¿Cómo? Si ese mismo hombre quiso que se aprobara la ley Viera (ley de arresto domiciliario) y solo pudo ver pasar el tren naranja. Es evidente que en el análisis del antifujimorismo solo hay pasiones y deseos, pero poca objetividad.

Pero eso no es todo. En la vida y la política tiene que haber una ética. ¿Cómo se justifica el apoyo al sector albertista que no acepta pasivos en el régimen de los noventa? La imagen se acerca a lo grotesco.

¿Por qué el antifujimorismo apoya a Alberto Fujimori? Por la sencilla razón de que el veto a Fuerza Popular a participar en democracia es más fuerte que cualquier razonamiento, y existe la creencia de que por la acción del ex presidente de los noventa el fujimorismo se dividirá. Quizá suceda algo así. Pero algo parecido experimentaron las derechas españolas y chilenas que actuaban en democracia: el pasado autoritario quiso imponerse y terminó desgajándose hasta desaparecer. La cosa es simple: el autoritarismo solo puede prosperar sin democracia.

Ahora bien, ¿por qué a Keiko se le apareció la Virgen? Por la sencilla razón de que la lógica del ex presidente de los noventa —que colisiona con la línea oficial de Fuerza Popular— hace inevitable la expulsión de Kenji. La fractura posiblemente es cuestión de semanas. En este contexto, Fuerza Popular habrá logrado lo que parecía imposible en quince años de democracia: disolver la densidad del antifujimorismo. Existirá entonces un claro balance del pasado autoritario, Fuerza Popular se alejará de la imagen de una dinastía y casi por inercia se verá obligada a reforzar su institucionalidad y la democracia interna, incluso convocando a toda la vieja guardia hoy relegada del partido. ¿No es la consecuencia natural de alejarse de la influencia dinástica?

Alberto, Kenji y sus seguidores probarán suerte con otra organización; pero solo será Kenji y un grupo de seguidores porque don Alberto está con la salud muy deteriorada. En todo caso, ver para creer.

Pero eso no es todo. Formalizar el fujimorismo sin Alberto Fujimori no solo reubicará a Fuerza Popular frente a la densidad del antifujimorismo, sino que obligará a organizar el cemento ideológico de una fuerza de derecha plebeya y popular. Cuando el Partido Popular español se distanció del franquismo más duro tuvo que llenar el vacío con más liberalismo, porque todo el lado izquierdo y estatista estaba demasiado sobrepoblado. A aprovechar, pues, el milagro que parece beneficiar a Keiko.

 

Víctor Andrés Ponce

Víctor Andrés Ponce
24 de julio del 2017

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